Por Grupo de Investigación de Economía Ecológica 

Conservacion de suelosEl 7 de Julio se celebra el día Nacional de la Conservación del Suelo en homenaje a Hugh Bennet, un científico estadounidense comprometido con la temática de la conservación orientada a la productividad de la tierra, concientizando acerca de los beneficios de su manejo adecuado para actividades productivas, evitando su degradación.

Sin embargo, a pesar de haber establecido un día específico evocando esta temática, en Argentina, la superficie de suelos degradados se duplicó en los últimos 25 años. Esta alarmante cifra se debe a múltiples causas. Intensificación agrícola, cambios del uso del suelo, desmonte, expansión de la frontera agrícola, simplificación de rotaciones, sobrepastoreo, labranzas inadecuadas, manejo deficiente del riego, actividad minera a gran escala y a cielo abierto, entre otros procesos han sido parte de esta degradación del suelo. Es paradójico que estos procesos se dan aún cuando existe una Ley de Fomento a la Conservación de los Suelos (22.428) que declara de interés general las acciones privadas y públicas tendientes a la conservación y recuperación de la capacidad productiva de los suelos. A pesar de todo ello, el 35% del suelo argentino está afectado por procesos de degradación.

Ahora bien, se torna importante no pensar el territorio únicamente en términos productivos sino desde perspectivas que consideren variables sociales y ecológicas que se sumen y hasta remplacen la visión economicista. En efecto, pensar en la conservación del suelo también pone en juego la consideración de las áreas naturales protegidas (ANP) como un instrumento esencial en cualquier estrategia de conservación de superficies representativas de ecosistemas, de protección de recursos y de espacios dotados de sentido simbólico para distintos grupos sociales.

La constitución de ANP implica, por lo tanto, el mantenimiento de aquello que es considerado como patrimonio natural y cultural, como también los procesos que los sustentan. Las ANP se convierten en áreas de interés para la investigación y con distintos valores y funciones (paisajísticas, ecológicas, educativas, turísticas, entre otras). En este contexto, las ANP pueden ser parte fundamental de una estrategia de desarrollo sustentable. Por estos motivos resulta de importancia contar con superficies protegidas dentro del territorio.

El Convenio de Diversidad Biológica en su artículo 8 sobre conservación in situ establece que cada parte contratante, en la medida de lo posible y según proceda “establecerá un sistema de áreas protegidas o áreas donde haya que tomar medidas especiales para conservar la diversidad biológica”. En la X Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica (COP10-CDB, 2010) se fijó como estándar mínimo de protección alcanzar el 17% de la superficie total y por ecorregión para 2020. Actualmente, la Argentina, está por debajo de esta meta.

No obstante, cabe aclarar que asegurar una superficie mínima de protección no garantiza que la conservación se haga efectiva. En efecto, este indicador no incluye cuestiones asociadas a la calidad de la protección y la efectividad del manejo del espacio protegido como el financiamiento que recibe, el personal a disposición, la disponibilidad de infraestructura, equipamiento y materiales; la disponibilidad y aplicación de los instrumentos de gestión, el control y la fiscalización realizada sobre el área. De hecho, muchas ANP no progresan más allá de su creación legal. Esto significa que podría existir una proporción razonable de ANP según los estándares definidos a nivel internacional, pero eso no significa que el espacio esté siendo efectivamente protegido. En este sentido, muchas ANP declaradas no disponen de ninguna medida de gestión activa más allá de la normativa de creación. Estos espacios son conocidos como "Parques de papel".
En definitiva, la conservación del suelo no debería reducirse a meros aspectos cuantitativos y perspectivas económicas, sino que es preciso poner en juego otras variables que trasciendan esta mirada pensando al territorio de manera integral.