A 250 años de su nacimiento y 200 de su muerte, quedó en el imaginario colectivo como el creador de la Bandera nacional.
Ese honor indiscutido para cualquier argentino, sabe a poco cuando pensamos en Belgrano. Fue el jacobino, el austero, el economista, el educador, el militar, el hombre de leyes, el amante otoñal, el infortunado, el que entregó una vida al servicio de una causa.
Abrazó las ideas de libertad, igualdad y fraternidad que sonaron en la Francia de 1789 cuando era un estudiante. Con ese fuego volvió al Río de La Plata, luego de haberse formado en la península ibérica.
Desde ese momento no se detuvo, toda la obra que ha forjado a lo largo de su vida, nos va proporcionando la riqueza espiritual, de sus acciones, su humildad y sacrificio en tiempos muy difíciles, que lo ubican en una dimensión en la que pocos son reconocidos a la largo de nuestra Historia.
La Universidad Nacional de Mar del Plata, no ha sido generosa con nuestros próceres más conocidos a la hora de imponer sus nombres a sitios y monumentos. El creador de la celeste y blanca ha sido la excepción.
El Complejo Universitario lleva su nombre y nuestra Facultad nos recibe con su busto. Al inicio de la recuperada democracia, jóvenes estudiantes se identificaron con su gesta y crearon la Agrupación Reformista Manuel Belgrano la que condujo por muchos años los destinos del Centro de Estudiantes. Ese es Belgrano, el de la bandera y el de los ideales, el de la gratuidad de la educación, el del economista al servicio del pueblo.
Va nuestro homenaje, como guía, como una inspiración necesaria en los tiempos que corren.
CP Mónica Biasone
Decana FCEyS