Editorial
Resumen
La corrupción es uno de los temas que aparecen como preocupación permanente de la sociedad argentina, que la ha destacado como asunto de interés público prioritario. En los medios de comunicación se desarrollan notas de información, opinión e investigación sobre las distintas formas que el fenómeno adopta, tanto a nivel individual como de las organizaciones públicas y privadas.
De las distintas definiciones que el término ha merecido, puede aceptarse como comprensiva de las situaciones vigentes la que plantea que aparece tal problema cuando el interés privado irrumpe en el interés público. Es decir, que a través de ciertos procesos se obtiene una prebenda específica, lo que como contrapartida implica un perjuicio de distinto carácter y valor.
Lo grave es cuando sujetos personalmente intachables, con trayectorias reconocidas y valoradas dentro de esas mismas organizaciones, caen en estas situaciones, muchas veces más por pasividad que por acción directa. Si bien no participan de un sistema de corrupción institucionalizada como actores individuales, admiten los desvíos que tarde o temprano generaran ese estado.
El dicho popular describiría esta situación con una frase: “El poder corrompe”. Sería de un facilismo moral inaceptable suscribir este aserto. En la medida que los valores éticos, culturales y, en su caso, religiosos están sólidamente arraigados no existe situación de poder que justifique su violación.
La clave para la lucha contra la corrupción institucionalizada es atacar a los componentes de las organizaciones que la permiten, pero también, no aceptar los relativismos morales que justifican actitudes individuales en los funcionarios que ejercen el poder.
Descargas
Descargas
Publicado
Número
Sección
Licencia
Derechos de autor 2001 Universidad Nacional de Mar del Plata. Facultad de Ciencias Económicas y Sociales

Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0.