La profesora María Cristina Murray de la carrera de Turismo de nuestra Facultad participó, entre los días 6 al 12 de febrero, de una de las tantas cabalgatas andinas que se realizaron este año para conmemorar los doscientos años de la gesta sanmartiniana para liberar Chile y Perú. Vale recordar que las rutas sanmartinianas para cruzar los Andes fueron seis: tres en Mendoza, dos en San Juan y una en La Rioja. De todas ellas, la profesora eligió cruzar por el sur de Mendoza partiendo desde Malargüe hasta el paraje Las Loicas y desde allí por el cajón del Guanaco hasta cruzar la frontera de Chile por debajo del Paso Maule/Pehuenche y llegar a la laguna de Cari Launa en territorio chileno para regresar desandando el camino realizado.
Cabalgar por la cordillera es una experiencia inquietante e infinita, rica e imponente, que permanece en las retinas por largo tiempo. Grandes valles pintados de verdes intensos, pasos fronterizos cubiertos de arena y manchones de nieve, caídas de agua que se descuelgan desde los desfiladeros, y el silencio cortado solamente por el viento. Una aventura de días de ascenso y descenso por las altas cumbres vigiladas secretamente por los cóndores que acompañan sobrevolando la caravana de 25 personas, entre baqueanos, guías y noveles aventureros.
Despojarse del confort citadino y asumir una nueva cotidianidad fuera de toda rutina es un reto para cada individuo. Lo normal y habitual no existe, hay que adaptarse a la falta de un baño, de una cama y de una heladera con víveres. Sin embargo si uno se traslada hacia doscientos años atrás, las vivencias del Ejército de los Andes deberían haber sido más duras para ellos, de lo que fueron para los que participaron en esta travesía, y nos permite tomar conciencia sobre el enorme esfuerzo que significó la epopeya sanmartiniana.
Los viajes sirven para descansar, disfrutar, probarse ante las propias limitaciones, conocer y recuperar parte de esta historia que hace a la identidad americana.