"La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo" (Nelson Mandela)
El Día del Graduado en Ciencias Económicas, se convierte una vez más en una excelente oportunidad para reflexionar sobre los desafíos a que se enfrenta la profesión y el escenario en el que se desenvuelven los egresados universitarios, pero también para preguntarnos cómo estamos formando a nuestros graduados.
Para los que concebimos que educar es posibilitar el desarrollo pleno de la personalidad, es despertar aptitudes y talentos, es suscitar la iniciativa creadora y transformadora del hombre, la educación se convierte en una prioridad para la sociedad y no hay mejor inversión que la enseñanza.
Sabemos que la modernidad demanda mayor instrucción, mayor preparación, por eso desde esta casa creemos que la educación debe ofrecerse de manera universal y no selectiva. La educación es una herramienta de promoción individual y de emancipación colectiva, un resorte del desarrollo de la actividad económica y social, un lugar privilegiado de aprendizaje de la democracia y un instrumento para la comprensión de nuestra identidad cultural.
En ese camino entendemos que las universidades deben generar capacidades flexibles que les permita a nuestros profesionales entrelazar lo nuevo con lo viejo de manera sostenible, trabajar en un difícil contexto de actuación, con pocas reglas claras y muchas exigencias.
Por ello, nuestros graduados no sólo adquieren conocimientos y habilidades propios de la disciplina elegida, sino también forman y consolidan valores ciudadanos; sus retos no son sólo académicos y científicos, sino además éticos.
Graduados comprometidos con su sociedad y su tiempo, hace que deban ampliar las fronteras del saber, ser curiosos, generadores de nuevas ideas. Por ello incentivamos los caminos de la investigación.
Creemos que un graduado universitario debe realizar su devolución a la sociedad no solo a través de un ejercicio profesional competente y ético, sino poniendo toda su capacidad de comprensión objetiva al servicio de una mejor y más equitativa democracia en todos los órdenes. Contribuir a la formación de estos profesionales es y será nuestro mayor desafío.
Propiciamos una universidad que interactúe con el sector productivo y el Estado, generando un ambiente propicio para los procesos de innovación científica y tecnológica necesarios para el desarrollo del país.
La Universidad vista como el último peldaño alcanzado dentro del proceso educativo formal, no es, sin embargo, el fin del proceso educativo. En ningún momento de la vida de la persona se pone término al aprendizaje, no sólo porque los conocimientos no pueden inmovilizarse, sino porque es necesario responder a las exigencias del medio social. Debemos pensar que el graduado no puede quedarse con lo aprendido y adquirido en su paso por la Facultad, la complejidad del mundo, el avance científico requiere de profesionales con saberes vigentes.
La formación del graduado es continua, por tanto las aulas deben cobijarlos de manera constante, especializándolos, pero sabiendo que la formación estrictamente segmentada fractura la potencialidad del universo de visiones múltiples y contrapuestas.
Finalmente y como corolario de lo dicho hasta aquí, entiendo que es trascendente la participación de los graduados en los órganos de cogobierno de la Universidad Pública y en los Consejos Profesionales. Aún con las complicaciones y las exigencias de la vida moderna debemos dejarnos un tiempo para involucrarnos. La participación siempre mejora, no dejen de hacerlo, no dejen que lo hagan por ustedes.
Queridos colegas, va mi entrañable saludo a todos, en este día.
Esp. CP Mónica Biasone
Decana FCEyS