“Ninguna cosa tiene su valor real, ni efectivo en sí mismo, sólo tiene el que nosotros le queremos dar; y éste se liga precisamente a la necesidad que tengamos en ella; a los medios de satisfacer esta inclinación; a los deseos de lograrla y a su escasez y abundancia.” Manuel Belgrano

El Día del Graduado en Ciencias Económicas, se convierte en una excelente oportunidad para un análisis sobre los aspectos de la profesión y el escenario en el que se desenvuelven los egresados universitarios, pero también para preguntarnos como estamos formando a nuestros graduados. Las universidades deben generar capacidades flexibles que les permita a nuestros profesionales entrelazar lo nuevo con lo viejo de manera sostenible, trabajar en un difícil contexto de actuación, con pocas reglas claras y muchas exigencias. En ese marco entendemos que no debemos limitarnos a que los jóvenes adquieran conocimientos y habilidades, sino también a la formación y consolidación de valores ciudadanos, que sus retos no sólo son académicos y científicos, sino además éticos. Los profesionales deben sentir un profundo orgullo de su identidad, con un claro compromiso de trabajo para el mejoramiento del país.

Compromiso con su sociedad y su tiempo, es también ampliar las fronteras del saber, ser curiosos, generadores de nuevas ideas. Para ello debemos incentivar los caminos de la investigación.

Una universidad que interactúe con el sector productivo y el estado, generando un ambiente propicio para los procesos de innovación científica y tecnológica necesarios para el desarrollo del país.

Creemos que un egresado universitario no debe desentenderse de su realidad, de su tiempo y de su espacio, y debe realizar su devolución a la sociedad no solo a través de un ejercicio profesional competente y ético, sino poniendo toda su capacidad de comprensión objetiva al servicio de una mejor y más equitativa democracia en todos los órdenes. Contribuir a la formación de estos profesionales será nuestro mayor desafío.

Es necesario abrirse a la comunidad y formar parte de ella. El desafío es escuchar, integrar a la Universidad con la Sociedad e involucrarse para elaborar una respuesta útil y comprometida, no sólo con el futuro, sino con el presente. En eso tienen una participación sus graduados.

Tenemos el desafío de ponernos a pensar cómo mejorar la calidad de vida de nuestra gente porque la universidad debió formarnos para eso, los necesita en los distintos lugares desde donde pueden y deben aportar para retribuir.

Debemos pensar que el graduado no puede quedarse con lo aprendido y adquirido en su paso por la Facultad, la complejidad del mundo, el avance científico requiere de profesionales con saberes vigentes. La formación es continua, por tanto las aulas nos deben cobijar constantemente.

Finalmente, entiendo que es trascendente la participación de los graduados en los órganos de cogobierno de la Universidad Pública y en los Colegios Profesionales. Aún con las complicaciones y las exigencias de la vida moderna debemos dejarnos un tiempo para involucrarnos. La participación siempre mejora, no dejen de hacerlo, no dejen que lo hagan por ustedes.
Queridos colegas, va mi entrañable saludo a todos, en este día.

Esp. CP Mónica Biasone

Decana FCEyS