reconocimiento

En un emotivo acto y con el Aula Magna colmada de docentes, graduados, estudiantes y familiares, se llevó a cabo, el pasado viernes 30 de mayo, el Reconocimiento por la trayectoria a profesores de esta Unidad Académica que han finalizado su etapa como docentes.

El mismo estuvo presidido por el Rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Lic. Francisco Morea; la Decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Esp. Mónica Biasone y la Vicedecana, Dra. Miriam Berges.

Los homenajeados fueron: Baltar Roberto | Cano Rubén Omar | Carbone José Félix | Celemín Gerardo Antonio | Cunill Cabré Juan Enrique | Diez Rosas María del Pilar | Durán Elba María | Estrella Jorge Raúl | Fabiani Nicolás Luis | Fernández Juan Bautista | Gennero Ana María Catalina | Hormaechea Ema Isabel | Lareu Raquel Noemi | Lenzetti Raúl Alfredo | Mallo Paulino Eugenio | Marangoni Graciela Inés | Nigro Juan Carlos | Osry Ester Frida | Oteriño Rafael Felipe | Pezzati Nolberto Carlos | Pittaluga Aldo José | Rayó Antonio Roberto | Sarasa Miguel Angel | Tirigall Caste Ricardo | Valdez Irma Beatriz | Wilches Nury Beatriz.

En el transcurso del acto, se proyectaron dos audiovisuales en los cuales, compañeros de cátedra y colegas de los distinguidos, pronunciaron unas palabras en homenaje a cada docente. (Ver Video 1 ) (Ver Video 2)

A continuación, se transcribe las palabras de despedida de la Decana de la FCEyS, Esp. Mónica Biasone:

Compartir este momento representa para mi, una oportunidad de poner en palabras una historia sobre profesores y maestros que ocuparon un lugar y dejaron una huella en nuestra Facultad, que crecieron y se transformaron junto a ella .
Estos maestros, que hoy nos toca despedir, pudieron enseñar con alegría y seriedad, pusieron las manos, el cuerpo y los afectos en el aula, se mezclaron con los estudiantes, irrumpieron en sus vidas y los acompañaron, venciendo la rutina por caminos de preguntas, de dudas y, tal vez, de algunas certezas.
Despedir a un buen profesor es, siempre, un motivo de inquietud y de sobresalto porque la mayoría de las veces no nos creemos capaces de encender ese fuego con el que lograban iluminar nuestras ideas hasta el compromiso, hasta la discusión haciéndonos vencer la indiferencia. Porque en el acto de enseñar es posible descubrir las marcas del amor, de la pasión, del deseo que invita a los estudiantes a convertirse, a transformarse.
Este acto que hoy nos convoca, no sólo es un homenaje, es un sincero reconocimiento a los profesores que han finalizado su etapa de trabajo en el aula, creando nuevos mundos posibles, imaginando preguntas y problemas, que supieron discrepar y acordar.
Que también impusieron sus reglas, que con sus actitudes en la clase demostraron la confianza en la capacidad de logro de sus estudiantes, su inclinación a tomarlos en serio y en alentarlos a tomar sus propias decisiones, críticas y argumentadas.
Sabemos que la Universidad nos brinda un espacio de libertad que no puede reemplazarse fácilmente y que se extraña en lo profundo del sentimiento. Sólo la inevitabilidad de los ciclos laborales, nos sitúa en la odiosa realidad de tener que admitir el retiro como un camino insobornable.
Pero la vida se las arregla para darnos compensaciones como esta, donde quienes llevaron en sus manos la riendas y el destino de esta casa, quienes trabajaron por hacerla grandiosa, se encuentran con los que aún continuamos activos, para mirarnos a los ojos con satisfacción, por ser parte de la misma conspiración, de aquella que nos llena algunas veces de nostalgia, pero muchas más, de alegría y regocijo.
La despedida, en estos casos, es –en realidad– un tributo, que no hacemos desde una gestión sino desde la comunidad de la facultad toda, un agradecimiento de todos nosotros, por el  compromiso demostrado en  la tarea emprendida, por la contribución a legarnos una sociedad mejor.
Porque al decir de Philip Jackson, la educación,  “Está basada en la esperanza. Toda la empresa educativa se fundamenta en la convicción de que mejorar es posible, de que el conocimiento puede reemplazar la ignorancia y de que las habilidades pueden aprenderse. Es más, quienes la practican no sólo consideran posibles estos cambios: se comprometen a hacerlos realidad"
Porque agradecemos su empeño por hacer de la educación y de la enseñanza un camino de sorpresas, de crecimiento y de optimismo en nuestra Facultad, les brindamos este profundo y sincero homenaje.
¡Muchas gracias a todos y hasta siempre!.