Por Grupo de Investigación de Economía Ecológica
La Asamblea General de la ONU declaró a 2012 el "Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos" y al periodo 2014-2024 como "Década de la Energía Sostenible para Todos" (SE4ALL, de su sigla en inglés). Este programa de Energía Sostenible para Todos es una asociación de múltiples aliados entre los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil y los tres objetivos de la iniciativa son proporcionar el acceso universal a la energía moderna, duplicar el nivel de uso de la energía renovable en todo el mundo y duplicar el uso de energía renovable a nivel mundial, bien como la energética hasta el año 2030.
En este sentido el 23 de febrero de 2015 en Washington, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) lanzaron una nueva alianza para apoyar la iniciativa Energía Sostenible para Todos (SE4ALL) en América Latina y el Caribe. El objetivo es fomentar el acceso y el uso de energías renovables y su eficiencia en la región, con metas específicas para el año 2030.
Para el logro del objetivo estas organizaciones acordaron incrementar el acceso a la financiación para iniciativas de energía sostenible y crear un ‘hub’, o centro, de Energía Sostenible para Todos regional para América Latina y el Caribe, organizado por el BID. Por ello los objetivos específicos incluyen: 1) proveer los recursos que apoyen las reformas políticas e institucionales y los marcos regulatorios que alienten el desarrollo de la producción y uso de energías sostenibles; 2) impulsar un exhaustivo mapeo de los programas regionales de energía que promueven los actores locales; y 3) determinar los indicadores y datos que serán recolectados por cada uno de los países. (Leer noticia)
La importancia de esta iniciativa radica en que el acceso a la energía es relevante para la erradicación de la pobreza, la reducción de la mortalidad infantil, el mejoramiento de la educación, la promoción de la equidad de género, el aumento del acceso a atención médica de calidad y el logro de la sostenibilidad ambiental.
Según lo planteó la Directora Adjunta del PNUD para América Latina y el Caribe Susan McDade, en particular, para la región del Caribe la dependencia de los combustibles importados desafía el equilibrio de la balanza de pagos y aumenta la vulnerabilidad de los ecosistemas clave que sustentan importantes sectores productivos, incluido el turismo. Asimismo se estima que la demanda de electricidad en la región se duplique para el año 2030.
En consecuencia, invertir en el acceso a la energía también significa más iluminación para las escuelas, clínicas de salud que funcionen, bombas para agua y saneamiento, aire más limpio en interiores, la elaboración más rápida de alimentos y más oportunidades de generación de ingresos, de acuerdo con la iniciativa action4energy del PNUD.
La PNUD con los países de América Latina y el Caribe han iniciado algunos proyectos para impulsar el acceso a la energía sostenible y, de este modo, reducir la dependencia de combustibles fósiles.
Según lo plantea la FAO (Food and Agriculture Organization of the United Nations) esto resulta muy relevante para la seguridad alimentaria, ya que la utilización actual de la energía en los sistemas alimentarios no es sostenible. Casi una de cada cinco personas en todo el mundo actualmente no tienen acceso a servicios de electricidad modernos, y aproximadamente tres mil millones dependen de la biomasa tradicional para cocinar y calentarse. Este uso de la biomasa para producir energía suele ser insostenible con graves consecuencias adversas para la salud, el medio ambiente y el desarrollo económico
La energía tiene un papel facilitador clave para conseguir la seguridad alimentaria y una mejor nutrición. Es esencial para las cadenas alimentarias eficientes y más inclusivas, permitiendo mayores rendimientos. Los precios de la energía afectan a los insumos agrícolas y los costes de producción, y por lo tanto influyen sobre los precios de los alimentos.
En las próximas décadas habrá un aumento significativo y simultáneo en las necesidades de agua, energía y alimentos que se necesita cubrir con una base de recursos naturales degradados y agotados. La energía renovable tiene potencial para hacer frente a los retos de la energía sostenible. La bioenergía, en particular, ha sido promovida como uno de los medios para mejorar la seguridad energética y el acceso a la energía, y, posiblemente, la mitigación del cambio climático. (Leer más información)
Sin el acceso a la energía moderna nos es posible alcanzar los Objetivos del Milenio aportados por la Agenda Global de Naciones Unidas en el 2002. La energía facilita el desarrollo social y económico ofreciendo una oportunidad para mejorar la vida y el progreso económico.
Por esto se hace esencial aunar esfuerzos para progresar en la puesta en marcha de programas de inversión y educación ambiental que permitan un acceso universal a las energías, principalmente limpias y renovables y a un uso eficiente de las mismas.