Santiago Otegui Banno; Carla Daniela Calá; Andrea Belmartino

 

Los resultados de esta línea de investigación se orientan al estudio de la resiliencia regional, entendida como la capacidad de las regiones de reaccionar y recuperarse o ajustarse exitosamente ante un shock o acontecimiento externo adverso, como puede ser una recesión o una crisis (Martin y Sunley, 2015). Los trabajos realizados analizan dos dimensiones de la resiliencia económica regional (la resistencia y la capacidad de recuperación) en las 85 Áreas Económicas Locales (AEL) más importantes de Argentina. Esto es importante porque permite visualizar cómo la heterogeneidad entre las economías regionales (en términos de dotación de recursos, capacidades, historia o perfiles productivos) se traduce en distintas capacidades de resistir y de sobreponerse ante eventos disruptivos. El período analizado es entre 1996 y 2015, lo cual nos permite analizar dos crisis con características diferentes: 2001-2002 y 2009.

En todos los casos, cuantificamos la resistencia y la capacidad de recuperación de las regiones en términos de empleo. Por tal motivo, trabajamos con datos oficiales del total del empleo asalariado registrado en el sector privado, provenientes del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (MTEySS).

Consideramos que una región tiene una alta resistencia a las crisis si su nivel de empleo decrece menos que el promedio nacional (o crece) durante el shock. Por otro lado, una región tiene una alta recuperabilidad si su nivel de empleo crece más que el promedio nacional luego del shock. Los siguientes mapas muestran la localización geográfica de las 85 AEL, de acuerdo a su nivel de resiliencia en cada uno de los ciclos: los puntos verdes representan las AEL más resilientes (con resistencia y recuperabilidad positivas); los rojos corresponden a AEL menos resilientes (con resistencia y recuperabilidad negativas); y los amarillos indican AEL “híbridas” (alta resistencia y baja recuperabilidad o baja resistencia y alta recuperabilidad). Encontramos que cada una de las crisis ha impactado de forma dispar sobre el nivel de empleo de las distintas economías regionales. A modo de ejemplo, en los mapas podemos observar que las AEL ubicadas en la Patagonia han sido más resilientes durante la recesión de 2001-2002, mientras que se han visto más afectadas por la crisis financiera internacional. Esta última crisis también ha impactado en forma notable a la zona central del país, mientras que provincias con menor grado de desarrollo relativo, como Chaco o Formosa, han sufrido relativamente menos.

mapa 1  mapa 2
 

Nuestros resultados indican que la resiliencia no es un rasgo intrínseco a las regiones e invariable en el tiempo. Por el contrario, la resiliencia de la mayoría de las AEL cambió entre crisis, es decir, tuvieron un cambio significativo en su resistencia y/o en su recuperabilidad entre un período y el otro. Esto implica que la capacidad de una economía regional de soportar o recuperarse a las crisis económicas puede depender tanto de las características del shock como de las transformaciones operadas a lo largo del tiempo en la estructura económica regional y en sus arreglos sociales e institucionales.

Adicionalmente, el análisis estadístico muestra que las áreas especializadas en actividades procíclicas (como turismo, actividades extractivas basadas en recursos no renovables o comercio y servicios) se recuperan significativamente mejor que las especializadas en actividades contracíclicas (como actividades agroindustriales o extractivas basadas en recursos renovables). Por su parte, las AEL más orientadas al mercado externo, en particular las de provincias exportadoras de petróleo y derivados, resultan ser las que mejor resisten a la crisis 1998-2002.