Fortaleciendo su compromiso y responsabilidad social con la libre diseminación y socialización del conocimiento científico, la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales aprobó su nueva Política de Acceso Abierto a la Producción Académica y Científica (OCA 1224/14). Esta nueva normativa, más acorde al escenario actual, vigoriza el propósito de la política previa y establece las pautas para disponer en abierto la producción académica y científica generada por el personal de la institución.
El nuevo instrumento normativo, pionero en su estilo a nivel nacional, se enmarca en la concepción del conocimiento como un bien público, que beneficia a toda la sociedad; en los principios a favor de la ciencia abierta expresados en declaraciones internacionales de organismos de ciencia, tecnología y educación superior; y en lo dispuesto en la Ley 26.899 “Repositorios Digitales Institucionales de Acceso Abierto”, donde el Gobierno nacional adhiere a las políticas de difusión en abierto del conocimiento científico-tecnológico financiado con fondos públicos.
Con esta política institucional, que entrará en vigor en enero de 2015, la Facultad buscará afianzar y mejorar la democratización del acceso a la investigación universitaria y disminuir las desigualdades en el uso del conocimiento. A partir de esa fecha, toda la producción generada deberá ser incorporada y puesta a disposición de manera inmediata en el repositorio digital Nülan. De este modo, se acelerará la difusión y distribución de los contenidos y se dará mayor transparencia al quehacer académico y de investigación. Los autores, por su parte, lograrán visibilizar toda su tarea y maximizar el impacto potencial de sus contribuciones.
El repositorio Nülan, con 1,3 millones de descargas de documentos acumuladas y gran presencia y reconocimiento nacional e internacional, ha demostrado ser una vía invaluable para canalizar la producción de la Facultad e incrementar la presencia institucional en la Web.
Ley 26.899 “Repositorios Digitales Institucionales de Acceso Abierto”
Inicio: miércoles 1º de octubre de 15 a 17 hs. FCEyS (Funes 3250)
Inscripción: click aquí
Los ciclos económicos constituyen un fenómeno económico de carácter general en la economía, y una preocupación de académicos y políticos, a los fines de evitar el impacto durante las etapas recesivas del ciclo.
En este seminario se desarrollarán las principales visiones respecto de los ciclos económicos, y su vinculación con el mercado de trabajo, a través de la Ley de Okun.
Específicamente se presentará un estudio realizado para Argentina en el ciclo 1995-2002, caracterizado por una baja intervención del Estado en lo que respecta a políticas para proteger el empleo. A partir del llamado “Efecto Tequila” originado en la crisis mexicana de 1994, Argentina experimenta un ciclo con una fase expansiva, crecimiento del producto interno bruto (PIB), entre los años 1995 y 1998 y una fase recesiva, entre los años 1998 y 2002, año en que el PIB termina en valores casi iguales a los del comienzo del ciclo. Este ciclo desembocó en la crisis política de 2001 con la caída del Gobierno del Presidente Fernando de la Rúa y se prolongó en la crisis social, con un deterioro creciente del nivel de vida hasta el año 2002 que comienza un período de expansión que se viene deteniendo desde la crisis financiera del 2008.
El mismo estará a cargo del Dr. Sergio Anchorena y se llevará a cabo en 4 encuentros teóricos de 2 hs. O bien 2 encuentros de 4 hs. (para los que opten por certificado de asistencia) + 2 encuentros teórico prácticos de 2 hs. (para los que opten por certificado de aprobación).
Objetivos
Se espera que los participantes que asistan al curso sean capaces de:
Se espera que los participantes que aprueben el curso sean capaces de:
Acreditación
Contenidos
Unidad 1. Los Ciclos Económicos
1.1. Los ciclos y la economía
1.2. Las Explicaciones del Ciclo Económico
1.2.1. Explicaciones Endógenas
1.2.2. Explicaciones Exógenas
1.3. El Ciclo Económico en Argentina 1995-2002
Unidad 2. Mercado de trabajo y Desempleo
2.1. Oferta y Demanda de Trabajo en la visión Neoclásica
2.2. Mercado de Trabajo y Desempleo en la visión Keynesiana
2.3. La visión marxista del desempleo.
2.4. Las instituciones, las regulaciones y el desempleo
2.5. Neoliberalismo y flexibilización laboral en Argentina
Unidad 3. La ley de Okun y el Ciclo Económico en Argentina
3.1. La Ley de Okun: el origen
3.2. Las críticas y algunos desarrollos
3.3. Ley de Okun y ciclo económico en Argentina 1995-2002
3.4. Sectores Productivos, Ramas de Actividad y Ciclo Económico.
3.6. Producto y Desempleo: Ley de Okun Desagregada
Las autoridades de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales saludan a todos los graduados en Turismo que desarrollan su profesión con responsabilidad y compromiso.
"Turismo y Desarrollo Comunitario" es el lema escogido por la OMT. Se destaca el potencial del turismo para dar oportunidades a nivel local, haciendo que las personas participen activamente en las decisiones que pueden beneficiar a sus comunidades, con el turismo como un vehículo del desarrollo sostenible.
El Día Mundial del Turismo 2014 es una gran oportunidad para enfatizar la importancia del turismo como motor del desarrollo comunitario, uno de los pilares fundamentales para un futuro más sostenible para todos.
Con el Aula Magna completa de estudiantes de cuatro universidades nacionales, el pasado 12 y 13 de septiembre se llevó a cabo el Encuentro Nacional de Estudiantes de Ciencias Económicas, organizado por el Centro de Estudiantes de nuestra Facultad. La Decana, Esp. Mónica Biasone, participó de la apertura de la actividad.
En primer lugar se llevó a cabo la disertación sobre "Reforma tributaria" a cargo de Dr. Marcelo Gómez, Presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas, Delegación General Pueyrredon y el Lic Sergio Beccari, Secretario de Ingresos Públicos de la provincia de Santa Fe.
Otro de los temas abordados fue "Alternativas de software libre en las organizaciones y la problemática del software S.I.A.P de la AFIP" por Jerónimo Campagnoli, estudiante de la Licenciatura en Administración.
Por su parte, los Magisters Fernando Graña, Leonardo Stanley y Mariana Foutel disertaron sobre "Restricciones externas: fondos buitres, default y crisis financiera".
El último encuentro estuvo a cargo de Carlos March, encargado de comunicación de la Fundación Avina, quien desarrolló el tema "Capital Social".
El pasado sábado 20 de septiembre, organizado por las Cátedras de Costos e Información Gerencial y con la amplia colaboración de las autoridades de la Facultad, se llevó a cabo el 2º Ateneo Regional sobre Teoría General del Costo, aplicado a los costos estándar.
El encuentro que fue declarado de Interés Académico por el Honorable Consejo Académico de la Facultad, estuvo dirigido por los profesores Enrique Cartier y Diego Di Renzo, miembros del I.A.P.U.C.O (Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos) y docentes de larga trayectoria, en la Universidad Nacional de Buenos Aires y Luján.
Con la concurrencia de los docentes de la casa de las cátedras organizadoras y de los docentes de las materias de Costos de la Universidad Nacional del Centro, se desarrolló la jornada en un ambiente de cordialidad y compañerismo, aportando cada participante su visión, que contribuyó a profundizar a través del análisis y reflexión distintos conceptos en el marco de la Teoría General del Costo.
Este Modelo de Observación de los Costos establece como objeto genérico de análisis la problemática emergente de las relaciones entre los resultados de cualquier naturaleza de los procesos generadores de valor y los factores o recursos utilizados de carácter necesario para su obtención.
Se concluyó con el compromiso de seguir avanzando en el estudio y análisis de los distintos temas de los programas de las materias relacionadas con los Costos, buscando desnaturalizar conceptos que ya no son sostenibles a la luz del avance y evolución del último tiempo.
A raíz del polémico artículo publicado el pasado lunes en el diario La Nación titulado En universidades públicas: el 44% aprueba una materia por año, desde el Grupo de Estudios Universitarios de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales realizamos este artículo que pretende agregar profundidad al debate sobre la Educación Superior en nuestro país.
El entrevistado en dicho artículo -Alieto Guadagni- afirma: el valor por graduado [de universidades públicas] supera los USD 60.000.
Queremos aclarar que este indicador posee importantes limitaciones para describir la dinámica de la educación en las universidades públicas. Esto se debe a que las universidades no sólo utilizan su presupuesto para actividades de enseñanza sino que también realizan actividades de investigación, de extensión, de transferencia, y una serie de externalidades positivas no cuantificables pero comprobadas (Informe OECD 2013). Adicionalmente, ¿qué sucede con el valor que representaría el estudiante que se formó pero no se graduó? ya que probablemente haya recibido saberes que le permitan mejorar su trabajo, el ejercicio de su ciudadanía, el capital cultural de su grupo de influencia, etc. El valor analítico del indicador que utiliza Guadagni disminuye aun mas cuando lo presenta sin un parámetro de comparación, lamentablemente este indicador “costo por graduado” no se puede calcular para el caso de las universidades privadas, ya que la información requerida no se encuentra disponible públicamente. Pareciera que la intención del entrevistado es denostar a las Universidades Públicas y al Estado por una supuesta “ineficiencia en el gasto”, ante esto consideramos que el lector debe saber que -en promedio- el 75% del presupuesto que ejecutan las Universidades Nacionales se transfiere mediante salarios a docentes y personal de apoyo de todo el territorio argentino. Si nos comparamos con algunos países de Iberoamérica observamos que el gasto público por alumno -medido como porcentaje del ingreso per cápita destinado a educación superior pública- que realiza Argentina es del 15%, mientras que países como México destinan un 37%, Brasil un 30%, Portugal un 28%, Colombia 26%, Paraguay 26%, España 25%, Uruguay 18%, Chile 11% (ESI Informe, 2011). La misma fuente indica que nuestro sistema universitario público -respecto de los países señalados- es de los más grandes -por su población estudiantil- y masivos -por su tasa de escolaridad promedio- con lo cual lejos de considerar excesivo el presupuesto universitario, este pareciera ser escaso.
Por otra parte se sentencia que el 44% de los estudiantes de universidades públicas aprueba una materia por año.
Deconstruyamos también este indicador y analicemos sus limitaciones: ¿Qué se considera materia? Cursar y aprobar materias anuales es distinto a cursar y aprobar materias cuatrimestrales, las cuales son muy habituales en universidades privadas que ofrecen ciclos de enseñanza comparativamente más abreviados y segmentados -esto no se encuentra precisado con lo cual la información resulta al menos dudosa- Adicionalmente al citar este indicador no se realiza ninguna comparación, omisión que consideramos puede llevar a conjeturas sesgadas sobre la eficiencia de las universidades nacionales. Consultando las mismas fuentes que Guadagni, se puede observar que en las universidades privadas el porcentaje de estudiantes que aprueba como máximo una materia por año es del 24%, esto es llamativo ya que el costo de oportunidad de progresar lentamente en dicha instituciones es presumiblemente más alto que en una pública, y además porque se trata de estudiantes que, en general, tienen condiciones objetivas comparativamente más ventajosas. ¿Quiénes estudian en las universidades públicas y quiénes en las privadas? Las universidades públicas además de recibir a estudiantes provenientes de sectores medios y medios-altos, reciben estudiantes de sectores sociales vulnerables -el 20% de los que acceden pertenecen al quintil de la población más pobre de nuestro país- por ende con mayores dificultades para afrontar las barreras materiales y simbólicas que hay que sortear para lograr un título universitario, esta problemática no la tienen las instituciones educativas privadas que en general reciben estudiantes de sectores más favorecidos.
Po otra parte, el lector debe saber que en Argentina al igual que en el resto de los países de la región se evidencia un proceso de segmentación del sistema de educación superior, donde ciertas instituciones privadas son vistas como instituciones que proporcionan una oferta educativa que garantiza una rápida titulación. Según se desprende la información estadística analizada, de cada 100 estudiantes “nuevos inscriptos” en universidades nacionales luego de seis años egresan en promedio 22, en cambio en las universidades privadas ese indicador alcanza a 47. Naturalmente no todas las instituciones privadas ni las públicas son iguales, ni forman con la misma calidad a sus egresados, pero dejamos esta interrogante abierta: ¿Por qué será tanta la diferencia en los niveles de graduación en el sector privado respecto del público?
Por último remarcamos, que estas discusiones sobre el presente y futuro de los sistemas educativos visibilizan pujas de poder donde se juegan visiones contrapuestas de la sociedad y el Estado. El campo de la educación es de los más disputados por intelectuales de diversa procedencia ideológica, ya que constituye un dispositivo a través del cual los grupos dominantes en general intentan reproducir su hegemonía. En este sentido, queremos remarcar que seguramente no es ascéptica la crítica que realiza Guadagni a las universidades nacionales, esta mediada por su ideología, su lugar de trabajo -una universidad privada- en definitiva por los intereses que representa. No pretendemos negar que existan problemáticas que atraviesan al Estado y a las universidades públicas que merecen ser atendidas, solo dejar en claro que la visión de Guadagni representa una parcialidad. Desde este Grupo de Investigación entendemos que el esfuerzo económico que hace el Estado en educación es una inversión necesaria -seguramente insuficiente- en éste momento histórico donde las desigualdades sociales parecen acentuarse y la educación debería evitar su reproducción.
Lic. Fernando A. Hammond
Becario del Grupo de Estudios Universitarios
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
Fuentes: Anuario de Estadísticas Universitarias 2011 (SPU), Informe sobre Educación Superior en Iberoamérica 2011 (J. Brunner)
Desde hace años, y por épocas, se habla de las Universidades Argentinas de un modo pendular que oscila entre los Premios Nobel obtenidos, los excelentes profesionales, investigadores e intelectuales de prestigio internacional que recorren el mundo compartiendo ideas, experiencias, haciendo circular la producción intelectual de nuestros egresados o, como un espacio que no tiene demasiados motivos para sentirse orgulloso. Parece que en estos días le toca a la parte del péndulo que mira a las Universidades Públicas con ojo miope y sesga, con algunos números recortados y fuera de contexto, acciones tan significativas como el ingreso, el tránsito y el egreso de las aulas universitarias. Esta dificultad para enfocar bien, provoca pérdida de agudeza visual y, entonces, se comprende de qué modo es posible un análisis tan grueso sobre cifras que deben ser leídas nuevamente o la luz de otra lente.
Es parte inseparable de la Universidad asumir la responsabilidad de recibir estudiantes y darles todas las oportunidades para que continúen aprendiendo, tratando de superar una mirada meramente economicista que no considera el impacto social que significa el tránsito de los jóvenes por las aulas universitarias. El aumento de la matrícula relacionada con nuevas modalidades de ingreso, la pluralidad de expectativas, heterogéneas formaciones de base de los jóvenes o la necesidad de motivación y apoyo en prácticas de estudio, son algunas de las razones por los cuales se hace necesaria una consideración atenta sobre los aspectos que hacen a las prácticas de enseñanza, mucho más que una mirada centrada en la cantidad de estudiantes que aprueba una o más asignaturas por año. Este abordaje soslaya, con un número duro cómo fueron los aprendizajes y la comprensión de esos estudiantes.
La Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata se propuso –además de abrir sus puertas sin exclusión a todo aquel que aspire a Estudios Superiores– brindar los mecanismos de inclusión genuina necesarios a la vida universitaria, a través de herramientas, conocimientos y saberes apropiados para garantizar la permanencia, consecución y finalización de los estudios respetando, a la vez, respetar las particularidades y exigencias disciplinares de las asignaturas. Este planteo implica tender puentes y brindar los apoyos necesarios para que los estudiantes sigan construyendo conocimiento, culminen sus estudios e incluso atraviesen otros ámbitos tan propios de la vida Universitaria –pero poco mencionados en los análisis cuantitativos de corto plazo– como la Extensión o la Investigación.
Poner el acento en el costo por alumno o el costo por graduado impide ampliar el margen de observación donde los fenómenos tienen lugar. Una Universidad cualquiera anclada en una zona periférica o con poca densidad poblacional tendrá, seguramente, un costo por estudiante más alto que otra que se encuentre en el centro mismo de grandes ciudades. ¿Es, acaso, magia? No. Lo que sucede es que mantener una estructura universitaria implica: el salario docente, los salarios del personal universitario, acciones de comunicación, de extensión, inversiones en tecnología e investigación, etc. Por lo tanto, esos costos, en la medida en que haya mayores estudiantes en las aulas se diluyen y parecen menores. Aquí podemos ver un primer sesgo de los números, como descripciones objetivas de la realidad.
El planteo cuantitativo limita la responsabilidad social del Estado de abrir Universidades en aquello lugares donde se necesitan profesionales o donde no hay oferta educativa de nivel superior a lo largo de kilómetros. Este análisis no puede realizarse únicamente con la vara de los millones de pesos que puede costar, porque –del otro lado– tampoco puede medirse el impacto altamente positivo que implica que los jóvenes estén en las aulas universitarias, que hayan aprobado al menos una materia en el año, que su conocimiento derrame hacia los hogares con nuevos puntos de vista y que esto permita la construcción de una ciudadanía crítica…. esto no se puede medir a corto plazo en términos de promedios.
Es cierto que en un sistema como el nuestro el tema de los recursos económicos es una discusión que tiene, además, aristas que lo ligan con cuestiones de poder, tensiones políticas, asignaciones discrecionales, pero sea como fuese –y aunque sigamos dando esa discusión– las Universidades Nacionales tienen mucho de qué sentirse orgullosas, tienen el compromiso –junto a todo el sistema educativo- de pensar una sociedad mejor, un país donde todos, en cualquiera de los puntos cardinales, pueda tener acceso a la Educación Superior.
La Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Mar del Plata se encuentra trabajando en ese sentido, privilegiando la formación integral del estudiante: como profesional pero, fundamentalmente, como ciudadano comprometido con su realidad y la de su entorno. La Universidad debe, necesariamente, superar el abordaje que considera el dinero invertido en Educación Superior como un gasto, en favor de una perspectiva social e inclusiva que suponga dar acceso a todos los que así lo deseen y, a la vez, brindar posibilidades educativas en cualquier rincón del país. Sobre las estadísticas se pueden hacer múltiples lecturas. Pero, es evidente, que una discusión profunda y seria sobre esta cuestión requiere considerar también los posicionamientos ideológicos y políticos implicados por cada una de esas lecturas propuestas evitando, así, un abordaje frívolo sobre la inversión de recursos en Educación Superior.
Esp. Mónica Biasone - Decana
Mg. Miriam Kap - Subsecretaria de Asuntos Pedagógicos